Historia del Vestido de Novia

(Traducción al Español K.S.R)

Para los antiguos romanos el matrimonio tiene esencialmente una función social, es el vínculo que establece una alianza entre las familias.  Las uniones se establecen cuando los futuros esposos aún son niños, opciones che maduran para la protección y promoción de precisos intereses sociales, económicos y políticos.
La novia, que recibe el vestido como regalo de la familia de origen, en el día de su boda viste una túnica de color blanco, cerrada con el llamado 'nudo de Hércules' un nudo que no podía ser disuelto por nadie, excepto el novio. Los cabellos venían peinados y recogidos con seis trenzas  para honrar a las vírgenes vestales, por lo que le venia colocada sobre la cabeza una corona de lirios entrelazados como símbolo de pureza, espigas de maíz de buen augurio para la fertilidad, il mirto para la longevidad y ramas de romero como símbolo de la virilidad masculina. La novia también llevaba un pañuelo en la cabeza similar al color amarillo del azafrán, un color que simbolizaba el fuego de Vesta, la diosa protectora del hogar, el velo se podia quitar solo después que el matrimonio había sido consumado.

Los matrimonios celebrados durante e inmediatamente después de la Edad Media, sobre todo entre las clases sociales más acomodadas, representaban mucho más que la simple unión entre dos personas, por las mismas razones que en la antigua Roma se trataban de lazos de interés político o económico, por lo tanto la novia no solo representa a sí misma sino a toda la familia, y por esta razón debía aparecer de la mejor manera posible. Eran escogidos vestidos de colores brillantes y materiales finos. No era raro para una novia llevar vestidos de terciopelo o de seda, incluso a menudo tambien de pieles.  En las clases sociales menos pudientes, las mujeres trataban al máximo  de sus capacidades de "copiar" la vestimenta de las novias de las familias ricas. A través de los siglos, ha permanecido la tendencia de vestir a la novia, lo mejor que la situación económica de la familia se puede permitir.

Desde el siglo X, el matrimonio asume, como sacramento religioso y como acto que establece un vínculo entre dos personas, un sentido más importante, no es una casualidad que en este periodo la religión establezca una ceremonia dedicada a la celebración de los matrimonios. La novia en este periodo no sigue un estilo particular en la elección del vestido simplemente usa el más bello e importante, un vestido que usará incluso en todas aquellas circunstancias que requieran una vestimenta particularmente elegante, por lo general se trataban de vestidos con colores cálidos y encendidos.

Durante el Renacimiento, los vestidos de novia seguian las modas del momento: las mujeres nobles vestían costosos brocados de oro y plata, mientras las más humildes usaban un vestido que después sirviera para sus actividades diarias.
 
El primer vestidos de esposa documentado es el de la princesa Felipa, hija de Enrique IV de Inglaterra, que en el matrimonio con Eric de Dinamarca en 1406 llevaba una túnica y un manto de seda blanca bordados con adornos de piel de ardilla y de armiño.



El uso de la "cola", aparece en el siglo XVI. Del modelo del vestido que la novia lleva se puede deducir a que clase social  pertenece: a medida que la cola del vestido era más largo y decorado mayor era la riqueza y prestigio social. Las mangas, generalmente eran muy ajustadas, constituían un verdadero tesoro por sus bordados suntuosos y por las piedras preciosas.

Otra mujer en vestir de blanco fue la reina María I de Escocia, cuando se casó con Francisco II de Francia. En su caso, sin embargo, no se trató de una tradición, sino de una elección de la reina. La boda se celebró el 24 de abril 1558, en la Catedral de Notre-Dame de París. Según la versión oficial, la boda fue "un acontecimiento de raro esplendor". El cortejo nupcial fue inaugurado por los príncipes reales suntuosamente vestidos, después, cardenales, obispos, abades, sigue después el Delfín, acompañado por sus hermanos menores, la madre de la novia que tenía el rey a su derecha y a su izquierda el cardenal de Lorena, a continuación, Catalina de Médicis, las princesas y damas de la corte, "todos maravillosamente peinados".  La novia estaba vestida con un vestido blanco, que fue visto sobre todo como un mal presagio, ya que el blanco era el color tradicional del luto de las reinas de Francia. Cuando la procesión entró en la iglesia, los heraldos gritaron "generosidad", y lanzaron puñados de oro y plata a la gente, lo que provocó un alboroto. Después de la boda, se realizó la cena, un desfile de barcos y la danza.

En el siglo Seisciento, marcado por profundas divisiones religiosas, las celebraciones se hicieron más íntimas. Se investía dinero para el ajuar y la dote, y el vestido se usaba tambien después de la boda.

La verdadera moda del vestido de novia blanco la impuso, sin darse cuenta, la reina Victoria de Inglaterra en 1840, cuando se casó con Alberto de Sajonia con un vestido blanco bordado en oro. La elección de su vestido reveló que su idea del matrimonio era muy diferente a la de las novias reales que la habían precedido. Todos sus asesores le sugerían la túnica de terciopelo rojo adornado con armiño, Victoria, sin embargo, para quien el matrimonio no era un acto político, sino  personal, se negó al protocolo y optó por un vestido sencillo de seda de color marfil. El vestido blanco se convirtió en una opción muy popular entre las esposas, en los años sucesivos todas las mujeres nobles usaban vestidos de novia de este color añadiendo velos familiares de encajes. 

La tradición del vestido blanco ha sido transmitida hasta hoy, aunque debe tenerse en cuenta que antes del matrimonio de la reina Victoria, se podia elegir cualquier color para la boda, excepto el negro (el color de los funerales). Seguidamente, se difundió la creencia generalizada de que la elección del color blanco representaba la virginidad, aunque si al color azul se asociaba la pureza.

En el siglo Seteciento, se llevaban vestidos con motivos florales. Nació en Francia el "estilo imperio",  con un corte debajo del busto para esconder las caderas y el abdomen pronunciados, hechos con colores pasteles.

En el siglo Ochociento, se dio origen a la tradición, al igual que al vestido largo blanco, a los guantes, la recepción y el pastel de bodas.

Aunque a mediados del siglo XIX, se difundió la costumbre de llevar vestidos largos y amplios, similares a los de la época victoriana, en realidad el estilo del vestido de novia es sujeto a la moda de la época.


El siglo XX, marcado por las dos trágicas guerras mundiales, cambió para siempre, para bien o para mal, las relaciones con los demás y el modo de vivir. Para la novia de la clase media fue más práctico vestirse con colores oscuros, en vez de claro. La razón principal fue el económico. Una novia elegía un vestido que podía ser utilizado en otras ocasiones especiales.


En los años veinte, el vestido de novia se convirtió en un vestido corto y se alargó el velo, interprete del nuevo estilo femenino fue "Coco Chanel". Las novias llevaban vestidos cortos  delante, con una larga cola, a menudo combinados con un sombrero cloche. Tradicionalmente, el vestido de novia es blanco, aunque si es posible estar dentro del rango de colores que incluyen tonos como marfil, crema, el color crudo, etc.

A mediados de los años treinta, la famosa boda de la princesa Marina de Grecia y el duque de Kent (1934) lanzó un nuevo look, de hecho, la novia llevaba un vestido como una funda de lamé  blanco y plateado, con mangas largas apretadas, y una cola hasta el piso, en la cabeza una tiara de diamantes con un velo de tul de más de tres metros de largo.

Con la Segunda Guerra Mundial por obvias razones económicas el vestido de novia se prestaba o se alquilaba. Después de la guerra, en los años cincuenta, Christian Dior impuso una imagen femenina con una cintura pequeña, seno alto y redondo, falda larga, con enagua, con corsé apretado y amplio descote.

En el pasado, en muchos países, las mujeres se casaban con el traje regional o con un traje similar al de todos los días, pero hecho con telas de lujo, con una decoración rica y articulada. Por ejemplo, en España en la época de nuestras bisabuelas y abuelas las mujeres se casaban con un vestido negro, sólo las mujeres de linaje noble se casaban de blanco.







Algunos vestidos famosos:

El 12 de septiembre 1953 Jacqueline Kennedy cuando se casó con John F. Kennedy llevaba un vestido con maxi falda de la diseñadora  niuyorkese  Ann Lowe.




Audrey Hepburn en su matrimonio con Mel Ferrer en 1954 en Suiza. Usó un vestido diseñado por Givenchy cintura estrecha, falda en vuelos.



En 1956, Grace Kelly se casó con el príncipe Rainiero de Mónaco: su vestido se hizo con 25 metros de satén de seda, 25 de tafetán, cien metros de tul y 300 metros de encaje antiguo.

Después de los años sesenta, con el advenimiento del feminismo y la revolución sexual, el vestido de novia ya no tiene un estilo preciso. Para elegir el color del vestido de novia, existen  supersticiones populares que indican cuáles son los afortunados y cuáles  se deben evitar.
• los más favorecidos por la fortuna es, obviamente, el blanco;
• El color azul indica la sinceridad por parte de la novia;
• El verde, la timidez;
• El negro, el arrepentimiento;
· El marfil predice una vida turbulenta;
• El marrón y el gris predicen que la pareja vivirá lejos o en el campo;
• El color rosa predice una pérdida económica;
• El rojo es el deseo y la pasión;
• El amarillo, la falta de autoestima de la novia.

Todos los huéspedes tienen la obligación de evitar de vestirse de color blanco, así como, por tradición, con el color negro, aunque si este último color hoy dia es ampliamente utilizado, especialmente para las recepciones.

Otro vestido de novia muy importante es el que la princesa Diana llevaba para la boda con el príncipe Carlos en 1981, fue hecho por David y Elizabeth Emanuel. El suntuoso vestido de seda con mangas abullonadas bordado de encaje y volantes en el cuello, estaba cubierto de diminutas perlas y lentejuelas, y tenía una cola de siete metros y medio, el más largo en la historia de los matrimonios reales: de longitud similar era el antiguo velo color marfil.  Como amuleto de suerte, una pequeña herradura de oro y diamantes y un lazo azul cosido en la cintura.

En la actualidad, el vestido blanco se entiende simplemente como opción más tradicional para el matrimonio, no necesariamente como símbolo de pureza.

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